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Piel grasa.
La piel grasa se encuentra entre las menos deseables, dado que tiene una predisposición a acumular más sebo de lo que necesita para mantenerse hidratada. Por este motivo, se precisa emplear productos de limpieza e hidratación con baja o nula cremosidad, como la crema hidratante Oil Free.
Piel Seca
Para este tipo de piel se debe hacer lo opuesto al caso anterior. Múltiples variables afectan a la capacidad de producción y retención de los aceites naturales que ayudan a mantener una piel hidratada, por eso, es necesario darle una ayuda extra con productos de poder de hidratación. Debido a que los geles se disuelven rápidamente durante la propia limpieza, lo más recomendable es aplicar productos cremosos, ya que las cremas permanecen durante más tiempo en la piel, confiriendo efectos prolongados para limpiar y mantener la hidratación durante el día a día. Cabe resaltar que si tienes una piel propensa a la sequedad, nunca debes ducharte con agua caliente ni durante tiempos prolongados, en su lugar, usa agua tibia o fría e incluye siempre productos específicos para la humectación de la piel después de su limpieza.
Piel Mixta
Como era de esperarse, en una óptima limpieza facial para piel mixta se necesita combinar los productos para pieles secas y grasas, con la diferencia que cada uno de estos debe aplicarse en la zona correspondiente, sin embargo, también está la opción de buscar alternativas especialmente diseñadas para pieles mixtas, lo que permitirá una sola aplicación en todo el rostro.